viernes, 11 de abril de 2014

COMENTARIO AL CONGRESO EN PUEBLA

Se recibió este comentario de uno de los lectores al Blog:


"Cuando uno ya es viejo se gana sabiduría, tolerancia, consejería, templanza, ecuanimidad; pero se pierden otras cosas: la vigorosidad y toda fuerza y energía disminuyen; también la capacidad de retención de conocimiento y memoria, también la consecución  de nuevos proyectos y supuestos éxitos. Pero ¡oh ingratitud! también se pierden las nalgas. Huyen como ladronas en la oscuridad del tiempo. Se escurren como apéndices cansadas de tanto trabajar. Se caen para ya no ser deseadas ni vistas por ojos lascivos de deseos inconfesos.
Tal vez ésta sea la razón que a los congresos de Optometría ya no acuden los viejitos desnalgados. Es un martirio estar sentado de 8.30 de la mañana a 6 de la tarde en una silla cruel. Pones una hora la nalga derecha, otra hora la nalga izquierda, otra hora las dos, mejor dicho pones lo que te queda de nalga porque la verdad pega hueso con tabla.
Por eso no encontré a nadie de mi generación. Ya renunciaron al conocimiento nuevo, en aras de evitar el dolor nalgarino. Por ello he decidido que si regreso a los congresos será con una almohada que unas veces pondré dentro de los pantalones y otra sobre la silla.
¡Bendita juventud! ¡Que bueno que tienen hambre de conocimientos nuevos! Y además tienen nalgas."